Para un desconocido.

Probablemente nos conoceremos de fiesta o en clase, y al principio me caerás tremendamente mal, pero te veré guapo. Te conoceré y me daré cuenta de que no eres tan imbécil como me parecías por el simple hecho de que creía que nunca te fijarías en mí. Dejarás a tu novia porque necesitas un poco de libertad y empezaremos a vernos. Llegará un día en que yo estaré enamorada y ese día pensaré que tú no lo estás. Pero un día me acompañarás a casa y me besarás antes de que salga del coche. Me vendrás a recoger cada día a casa para llevarme contigo a sitios, para que no vaya sola a ningún lado. Me olvidaré de llamarte cuando no puedas venir a verme porque tengo otros planes y te enfadarás conmigo por eso. Cuando esté enferma vendrás a verme a casa y me mirarás con ternura, y yo me enfadaré porque no quiero que me veas lo fea que estoy cuando estoy mala. Me iré a dormir contigo y me dejarás una camiseta gigante de tu grupo favorito y nunca querrás lavarla porque olerá a mí y te gustaría que fuera así siempre. Me llevarás al cine a ver películas que no te gustarán y yo a cambio te acompañaré a conciertos que a lo mejor no me gustan pero lo haremos porque nos queremos. Iremos a pasear por todos los parques de Barcelona y nos tumbaremos en todos los céspeds que veamos y nos fumaremos los besos como nos comemos los cigarros. Me obligarás a dejar de fumar prometiéndome que tú también lo harás pero lo único que haremos será fumar a escondidas. Me olvidaré del nombre de tus amigos e inventaré excusas para que nos quedemos en la cama y no vayamos con ellos. Y si este estado de embriagadez que sufriremos acaba algún día, me gustaría que no lavaras la camiseta que uso para dormir para que te acuerdes de mi olor, igual que yo te robaré una camiseta del cesto de la ropa sucia para recordarte siempre, y probablemente me compre tu colonia.