Callarse las cosas

Yo soy de esas personas que cuando quieren algo se lo callan.
Me callo las cosas porque no quiero que la gente me rechace si le pido algo, no quiero parecer una pesada. A veces pienso que si las pidiera puede que consiguiera algo de lo que me propongo.

Con todo esto quiero decir que cuando quiero hablar con un chico que me gusta o que hemos tenido algo, no le hablo por miedo a parecer pesada, por miedo a que se haya arrepentido de lo que pasó entre nosotros. No sé, a lo mejor exagero las cosas y ese chico también se sienta igual conmigo. Pero lo dudo... Bueno, no es que lo dude, si no que lo sé. Son cosas que se saben... Mejor olvidar, mejor no decir nada.

Sueño.

Las vistas desde mi balcón no son demasiado:
un par de patios con plantas de marihuana y el salón de unos micropisos. Pero esto se podría arreglar, si tú estuvieras sentado conmigo, en mi balcón, y nos fumáramos un cigarro, mientras mis vecinos ven no se qué programa de vídeos de monos graciosos.
Y nos quedáramos en silencio, y mirarte mientras tú miras al cielo en busca de estrellas fugaces, pero la única estrella que hay no está en el cielo, está sentada en una silla de plástico, a mi lado.
El tesoro más grande, el 'corazón verde' de Colombia.
Sonreiré y daré gracias al cielo por haberme bajado una estrella brillante y perfecta, una estrella que alumbrará todos mis días, todos mis caminos.



Eres el cum laude en los exámenes, el éxtasis de la droga, el orgasmo del sexo.
Eres todo lo bueno que se puede encontrar en esta vida:
una mañana de invierno, un paseo en moto en verano, una canción de 'Love of Lesbian'.
Eres un sueño. Un sueño que espero que se haga realidad.

Feelings

Es de madrugada cuando siento tu olor.
Ninguna hora del día lo hace más intenso, ni siquiera cuando estamos juntos.
Es a la hora de dormir, porque recuerdo cuando estamos en tu cama abrazados y tus sábanas se impregnan de mi perfume y mi ropa se queda con tu olor. Ese olor que se guarda en un frasco pequeño, de cristal, en lo más hondo de mi memoria, cuarta estantería a la derecha, detrás de no olvidarme de comprar tabaco.
Y es así como de madrugada abro el frasquito y echo unas gotitas entre mis sábanas. Porque no quiero olvidarme de ti, porque no quiero pensar que te estoy olvidando.

Imagine

Cuando me acuesto sin ti pienso con quién estarás en este momento.
Luego imagino de qué color serán las paredes de nuestra casa y cuantas discusiones tendremos antes por elegirlos. El sofá que tendremos dónde nos abrazaremos, dónde fumaremos, con esos ceniceros que traeremos de diferentes partes del mundo. El olor de la cena cuando llegue del trabajo, mis celos, tus piropos, nuestras cervezas. El póster de 'Cry baby' de la salita, el que observará nuestros revolcones con Elvis de fondo. Mi programa favorito, las palomitas. Mi desorden, tu suciedad. Mi ropa, tus películas, nuestro habitáculo. Los besos por sorpresa cuando nos crucemos por el pasillo, las caricias en tu espalda cuando estés enfadado. Pero nada, nada de este mundo impedirá que al comerme un yogur de fresa piense en ti, porque tú eres más apetitoso, y ni una tormenta, de arena o de nieve o de lo que coño sea, impedirá que acabemos juntos. Porque esto, señores, va a pasar.

Relactionships II

Una a veces se cansa de esperar una respuesta por parte de otra persona.
No sé, yo soy de esas personas que necesitan que otro sea el que de el primer paso. Y a veces el estímulo que recibo es demasiado efímero.

Quiero decir que me canso de que esto vaya de mes en mes y tiro porque me toca, luego caigo en la cárcel y dos turnos sin tirar, para que tú llegues a la meta y encuentres a otra oca mejor que la patita fea.
A veces las relaciones son así, como el juego de la oca.
Tampoco es buena una relación parchís: como una y cuento veinte y cada uno a su casa.

Yo quiero una relación como el Monopoly, que te puedas tirar horas y horas jugando, y que llegue el momento en que ambas partes se cansen y lo vendan todo a la banca, pero se ha vivido el momento, has estado en estaciones y en hoteles. Has cenado en restaurantes e ido a parques temáticos. Una relación divertida.

LOVERUBISH

Tengo el poder de no sentirme amada.
Por eso cada vez que tengo un affair con alguien, después me deprimo.
Me deprimo porque me doy cuenta de que no tengo a nadie que me quiera.
Que lo único que puedo encontrar es amor basura de una noche, que no será para siempre, que no será a largo plazo.
Nunca he tenido la oportunidad de experimentar algo bonito con alguien. Quedar, coquetear, tener la sensación de que va a ser para largo.
Miento, a lo mejor una vez en mi vida me he sentido así, pero de nada sirvió, porque duró poco, un par de días, un par de días de coqueteos, un par de días de sonrisas, un par de días de besos que salían de dentro.
Pero claro, todo era mentira. Al fin y al cabo todo iba a volver a la normalidad.
Iba a volver a sentirme como siempre, un trapo, un juguete roto, un objeto que se utiliza por las noches, cuando ya no queda más remedio. Pero lo acepto. ¿Que por qué lo acepto? Porque es mi forma de sentirme querida por un rato. Es la única forma que tengo para que alguien me quiera, aunque sea unos minutos. Es la forma que hace que me sienta mal al día siguiente, la forma de sentirme asquerosa, inútil y sin sentido.
Es la forma que tengo de sentir lo que siente una mujer bonita.

AMY WINEHOUSE

14/9/1983 - 23/7/2011

Hoy he recibido una noticia mala. Amy Winehouse, mi cantante femenina favorita, mi niña, mi pequeña, mi preciosa mujer, ha muerto.
Es lamentable que yo tenga que morirme sin verla cantar en directo, es lamentable que alguien dotada de un gran talento malgaste su vida de una forma tan vulgar.
Pero, a pesar de todo, siempre, y repito SIEMPRE va a formar parte de mí, SIEMPRE me quedarán sus canciones, sus fotos y sus vídeos. Echaré de menos esperar con ansias un disco nuevo, echaré de menos quejarme de su salud. La echaré de menos a ella, aunque no la haya visto nunca en persona, aunque no la conozca, pero es muy de echar de menos. La quiero.